Eclipses solares y lunare
Cada
año se producen un mínimo de 4 eclipses y un máximo de 6, la mitad eclipses
lunares y la otra mitad eclipses solares. Aunque estas cifras pueden parecer
elevadas hay que tener en cuenta que no todos los eclipses son totales ni todos
son visibles desde nuestra ubicación. Sin embargo, 2018 está siendo un año
interesante en lo que a eclipses se refiere ya que hemos podido disfrutar de un
eclipse lunar el 31 de enero y el 27 de julio de 2018. En esta entrada queremos
aprovechar para contaros todo sobre los eclipses de Luna: qué son, por qué
ocurren y cómo observarlos.
Eclipses de Sol y Luna
Cuando un cuerpo celeste se interpone entre otros dos bloqueando su
luz, se produce un eclipse. En la Tierra los tenemos de dos tipos: eclipses de
Sol y eclipses de Luna.
Eclipses
de Sol
Un eclipse
solar consiste en el oscurecimiento total o parcial del Sol que se
observa desde un planeta por el paso de un satélite, como por ejemplo el paso
de la Luna entre el Sol y la Tierra.
Un eclipse de Sol
sólo es visible en una estrecha franja de la superficie de la Tierra. Cuando la
Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, proyecta sombra en una determinada
parte de la superficie terrestre, y un determinado punto de la Tierra puede
estar inmerso en el cono de sombra o en el cono de penumbra.
Aquellos que se
encuentren en la zona en la cual se proyecta el cono de sombra verán el disco
de la Luna superponerse íntegramente al del Sol, y en este caso se tendrá un
eclipse solar total. Quienes se encuentren en una zona interceptada por el cono
de penumbra, verán el disco de la Luna superponerse sólo en parte al del Sol, y
se tiene un eclipse solar parcial.
Se da también un
tercer caso, cuando la Luna nueva se encuentra en el nodo a una distancia mayor
con respecto a la media, entonces su diámetro aparente es más pequeño con
respecto al habitual y su disco no alcanza a cubrir exactamente el del Sol. En
estas circunstancias, sobre una cierta franja de la Tierra incide no el cono de
sombra sino su prolongación, y se tiene un eclipse solar anular, pues alrededor
del disco lunar queda visible un anillo luminoso.
Según se produzca
una de estas situaciones en los eclipses, se habla de zonas de totalidad, de parcialidad
o de anularidad, haciendo referencia con ello al tipo de eclipse que se puede
observar desde cualquier punto de la superficie terrestre.
A causa de
los movimientos de la Luna alrededor
de la Tierra y del movimiento de la Tierra alrededor de sí misma, la sombra de
la Luna sobre la superficie terrestre se mueve a unos 15 km/s. La fase de
totalidad para un determinado punto geográfico no supera por tanto los ocho
minutos. Esta zona puede tener anchura y longitud máxima de 200 y 15.000 km
respectivamente.
Eclipses
de Luna
Un eclipse
lunar consiste en el paso de un satélite planetario, como la Luna, por
la sombra proyectada por el planeta, de forma que la iluminación directa del
satélite por parte del Sol se interrumpe.
Los eclipses
lunares tienen lugar únicamente cerca de la fase de luna llena, y pueden ser
observados desde amplias zonas de la superficie terrestre, particularmente de
todo el hemisferio que no es iluminado por el Sol, siempre que la Luna esté por
encima del horizonte.
Normalmente la
desaparición de la Luna no es total; su disco queda iluminado por la luz
dispersada por la atmósfera terrestre y adquiere un halo rojizo. La sombra
total o umbra producida por la tierra queda rodeada por una región de sombra
parcial llamada penumbra. En las etapas iniciales y postreras del eclipse lunar,
la Luna entra en penumbra.
Dependiendo de si
la luna entra o no completamente en zona de umbra se pueden distinguir los
eclipses totales de Luna, cuando el satélite se sumerge completamente en umbra,
los eclipses parciales de Luna, cuando penetra sólo en parte en umbra y sólo
una parte de la superficie lunar es visiblemente oscurecida, y los eclipses de
penumbra, cuando la Luna pasa sólo a través del cono de penumbra, difícilmente
perceptibles a simple vista y únicamente evidentes mediante adecuadas técnicas
fotográficas.
La duración máxima
de los eclipses totales de Luna es de 3, 5 horas. Se define la magnitud de un
eclipse lunar como la longitud del camino lunar a través de la umbra dividido
por el diámetro aparente de la Luna.
El estudio de los
eclipses de Luna, además de permitir medidas astronómicas como la verificación
de los momentos de contacto entre el disco de nuestro satélite natural y el
cono de sombra, es útil para analizar de forma indirecta las condiciones de la
atmósfera terrestre, pues la densidad y coloración de los conos de umbra y
penumbra están muy influidos por la presencia de ozono y polvo en suspensión en
los diversos estratos de la atmósfera.
Bibliografía
Recuperado de:
https://webs.um.es/gregomc/IntroduccionAstronomia/Temas/02%20ECLIPSES%20DE%20SOL%20Y%20DE%20LUNA.pdf
http://www.eclipse.org.mx/documents/ConfEclipses.pdf
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