Sistemas del cuerpo humano y sus funciones
El sistema circulatorio:
Está formado por los vasos sanguíneos y el corazón. Este
funciona de motor, de modo que impulsa la sangre rica en oxígeno a través de
las arterias hacia todas las partes del cuerpo. Son las venas las encargadas
del retorno de la sangre pobre en oxígeno de vuelta al corazón. Su función es
mover la sangre, los nutrientes y el oxígeno para nutrir todas y cada una de
las células del organismo gracias a los capilares.
El sistema respiratorio
Trabaja
junto con el circulatorio. La circulación menor une el corazón con los
pulmones. Permite que el oxígeno procedente de los pulmones pase al corazón y
este se encargue de distribuirla. Además, la sangre rica en dióxido de carbono
y pobre en oxígeno que llega al corazón se dirija a los pulmones para que estos
se encarguen de expulsar el dióxido de carbono al exterior.
Está
formado fundamentalmente por la tráquea, los pulmones y el diafragma, y permite
la respiración a través del intercambio gaseoso.
El aparato digestivo
Está formado por la boca, el esófago, el estómago, el
intestino delgado, el colon ascendente, transverso y descendente, el recto y el
ano.
El hígado y el páncreas trabajan conjuntamente con el
resto de órganos y vísceras del sistema digestivo, pues producen jugos que
intervienen en la digestión. Todos estos órganos se encargan de triturar el
alimento para que este pueda pasar por el tracto digestivo y se descomponga en
moléculas más pequeñas.
El intestino delgado es un tubo de 2 a 4 centímetros de
diámetro y de 6 a 7 metros de longitud. Se encarga de absorber los nutrientes
gracias a las microvellosidades intestinales para nutrir las células. Sin
embargo, el intestino grueso es un cilindro de 5 a 10 centímetros de diámetro y
de 1,60 a 1,70 metros de longitud. Su función es la de absorber el líquido que
se ha generado tras el proceso digestivo con el fin de hacer las heces
compactas y prepararlas para expulsarlas al exterior.
El sistema urinario o excretor
Está formado por un conjunto de órganos, conductos, nervios y músculos que
producen, almacenan y transportar la orina. Consta de dos riñones, dos
uréteres, la vejiga, los esfínteres y la uretra. Una vez el cuerpo ha absorbido
los nutrientes que necesita del alimento, los productos de desecho permanecen
en la sangre y en el intestino.
Los riñones son los encargados de eliminar de la sangre
los desechos. La nefrona es la unidad funcional del riñón. Se trata de una
microestructura muy compleja en la cual se filtra la sangre para eliminar los
productos de desecho a través de la orina. Es aquí donde se pone en contacto la
circulación sanguínea y los pequeños conductos por los que circula la orina
recién formada.
En cada riñón hay millones de nefronas. El aparato
urinario trabaja junto con los pulmones, la piel y los intestinos para mantener
en equilibrio las sustancias químicas y el agua en el cuerpo. Los adultos
suelen excretar una cantidad de un litro y medio de orina al día.
El sistema endocrino
Está constituido por ocho glándulas que secretan hormonas
hacia la sangre. Estas son la pineal, el hipotálamo, la hipófisis, la tiroides
y paratiroides, el timo, las cápsulas suprarrenales, el páncreas, los ovarios y
los testículos.
Las hormonas viajan a los diferentes tejidos regulando
las funciones corporales como el metabolismo, el crecimiento o los procesos
reproductores.
El encargado de defender el organismo frente a bacterias,
virus y demás microorganismos es el sistema
inmunológico.
Se encarga de combatir y destruir agentes infecciosos
invasores para que no causen daño al cuerpo humano. Pero cuando este no
funciona correctamente, no distingue las propias células de las ajenas,
produciendo las llamadas enfermedades autoinmunes. Esto es, el organismo se
ataca a sí mismo.
El sistema linfático
Incluye los ganglios, conductos y vasos linfáticos.
También juega un papel importante en las defensas del cuerpo. Su función es
crear y mover la linfa, un fluido que contiene glóbulos blancos y junto al bazo
ayuda al cuerpo a luchar contra la infección. La médula ósea y la glándula timo
se encargan de fabricar las células que se encuentran en la linfa.
Cuando este sistema no funciona correctamente, el líquido
se acumula en los tejidos causando una hinchazón llamada linfedema.
El sistema nervioso
Es el más complejo. Controla tanto las acciones
voluntarias del cuerpo como las involuntarias entre las que se encuentran el
respirar por ejemplo. El sistema nervioso central está formado por el encéfalo
y la médula espinal. Recibe la información y la procesa para controlar las
funciones corporales.
El sistema nervioso periférico está compuesto por nervios
que conectan cada una de las partes del cuerpo de un individuo con el sistema
nervioso central. Su función es transmitir la información al cerebro y conducir
sus órdenes a los órganos encargados de ejecutarlas. El sistema nervioso
autónomo tiene la misión de regular el funcionamiento de las vísceras internas.
No está conectado a la corteza cerebral, por lo que, a diferencia del resto del
sistema nervioso, no genera ni percibe sensaciones que se puedan percibir
conscientemente. Tampoco es el responsable de los movimientos voluntarios,
puesto que actúa de manera involuntaria y autónoma.
El aparato reproductor
Está formado por un conjunto de órganos que permiten la
reproducción del ser humano. En las mujeres (lee: aparato
reproductor femenino) está formado por el útero, los ovarios que
fabrican los óvulos, las trompas de falopio y la vagina.
En el hombre (visita nuestro artículo: aparato
reproductor masculino) los forman los testículos que fabrican el
esperma, el conducto deferente y el pene. Para la concepción de una nueva vida,
un espermatozoide se une a un óvulo formando el cigoto que se desarrollará en
el útero de la mujer.
El sistema
muscular
Está formado por 650 músculos que permiten el movimiento.
Existen diferentes tipos de músculos. El músculo esquelético se une al hueso
ayudando al movimiento voluntario. El liso se encuentra dentro de los órganos
facilita el movimiento de las sustancias. El cardíaco se encuentra en el
corazón y contribuye al bombeo de la sangre.
El sistema esquelético lo
componen 206 huesos que se conectan por tendones, cartílagos y ligamento. El
esqueleto permite el movimiento, pero también está involucrado en la creación
de células sanguíneas y el almacenamiento de calcio. Junto con el sistema
nervioso, articular y muscular forma el aparato locomotor.
La piel es el órgano del sistema integumentario,
y el más grande del cuerpo humano. Su función es de protección del mundo
externo y es la primera barrera de defensa contra virus, bacterias y otros
microorganismos patógenos.
También ayuda a regular la temperatura del organismo y a
eliminar los residuos a través de la transpiración. Este sistema también
incluye, además, el pelo y las uñas.
Bibliografía
Recuperado
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